Totonicapán, San Cristóbal Totonicapán, San Francisco El Alto, San Andrés Xecul, Momostenango, Santa María Chiquimula, Santa Lucía La Reforma y San Bartolo.
Cabecera departamental: Totonicapán.
Temperatura: Máxima 18 grados centígrados, Mínima 5 grados centígrados.
Dentro de las actividades que realizan sus pobladores destaca la producción de artesanías. Totonicapán es uno de los centros artesanales más importantes del país, desde época de la colonia. Allí se produce la cerámica y en los últimos años ha crecido su comercialización en el extranjero. Además, en Momostenango se fabrican los famosos "ponchos de Momostenango".
Es de origen volcánico y se encuentra en jurisdicción municipal de Totonicapán, cabecera del departamento. Alrededor de ella se han tejido innumerables leyendas y anécdotas, muchas de las cuales son verdades absolutas para la mayor parte de lugareños. La caminata hacia ella es muy agradable. El sitio en donde se encuentra es un paraje hermoso, ideal para descansar, meditar o integrarse a la Naturaleza.
Esta gruta reviste enorme interés antropológico, debido a que es un sitio sagrado para los k'iche'es locales y para algunas comunidades humanas de la lejana costa del Océano Pacífico. Sus sacerdotes o sajorines, acuden frecuentemente para orar en medio del humo de velas y de pom-incienso que llega a saturar la bóveda. Están en jurisdicción de San Francisco El Alto, en un sitio semiquebrado que pertenece a estribaciones montañosas. Es un bello paraje, con maravillosas vistas hacia el Valle de Quetzaltenango y sus alrededores.
Éste es un sitio de increíble belleza escénica, encajonado en el desfiladero del recién nacido Río Samalá. Una parte del atractivo es la imponente presencia de acantilados rocosos que bordean la corriente. El lugar es muy visitado y su fama trasciende el ámbito regional. Para interpretar las fuerzas de la Naturaleza, caminar, pasear, fotografiar, conocer el medio o meditar, el acantilado de las Nueve Sillas no tiene rival. El entorno es agreste pero de gran accesibilidad; se encuentra en jurisdicción de San Francisco El Alto.
Según dicen algunos, el nombre es una corruptela de la expresión ¡el agua caliente! (la guacaliente). Son las fuentes sulfurosas de la ciudad de Totonicapán. Muy visitadas y famosas, ya que se asegura que poseen propiedades medicinales; para muchas personas su empleo tiene profunda significación ritual, para otras es la oportunidad de un baño revitalizador, calientito y delicioso. Su cercanía a la cabecera las hace accesibles.
La población de Momostenango, que está conectada por medio de la Carretera Departamental 2 a la Ruta Interamericana (CA-1), posee innumerables fuentes termales que surgen junto a sus corrientes. Algunas son de trascendencia artesanal: en ellos se sumergen los distintivos ponchos momostecos, poco antes de peinarlos para darles el acabado final. En otras fuentes se han habilitado balnearios sulfurosos, agradables e intensamente frecuentados. Los más populares son Palá, Palá Chiquito, Palá Grande, El Barranco, Salitre y Paxeyú.
Los riscos son la bandera ecoturística de Totonicapán. Se hallan en el municipio de Momostenango, un poco al norte del departamento. Constituyen una formación rocosa, de formas extravagantes, que ha resultado como consecuencia de un largo proceso de erosión sobre las laderas de los cerros. Son, por consiguiente, las raíces enhiestas de montañas desaparecidas, cubiertas de minúsculos granos minerales que, según les incida la luz, despiden miríadas de reflejos de extraña fascinación. En 1955 fueron declarados Parque Nacional. Este lugar es un paseo obligado e inolvidable.
Éstos son sitios sagrados, en donde se quema pom, estoraque e incienso y se encienden muchas velas. Son lugares de oración situados en las cimas de los cerros (muchos de ellos están alrededor de Momostenango). Para muchos pueblos indígenas, como el k'iche', según sus creencias, en las cimas montañosas moran divinidades. Por supuesto que eso le da una dimensión portentosa al ya de por sí espléndido patrimonio natural.
Al oriente de la ciudad de Totonicapán, sale un camino de tierra hacia las aldeas Panquix y Rancho de Teja. Es el camino de las cumbres de El Desconsuelo, parajes de soledad y agreste magnificencia, que a su modo compiten con la espléndida María Tecún. Rutas hermosas, de sobrecogimiento, exploración y aventura.
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Jueves, 22-dic-11 11:29 AM
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