En la región central están las ruinas de San Andrés y las Joyas del Cerén. Al Sur, se encuentran las ruinas de Quelepa en el departamento de Morazán.
Joya de Cerén fue una comunidad maya que sufrió la misma catástrofe que la antigua Pompeya, sin la pérdida de vida humana. Los arqueólogos no encontraron osamentas humanas en sus excavaciones, lo que indica que la población tuvo tiempo de salir huyendo antes de perder la vida. Sin embargo, dejaron todas sus pertenencias, y esto se ha convertido en una ventana a la vida maya. Las casas de adobe quedaron perfectamente preservadas, al igual que un centro comunitario y hasta un baño sauna. Esto lo tomaron como evidencia de que la comunidad tenía un buen nivel de vida. Hoy día los artefactos están reunidos en un museo que además presenta posibles escenarios de la vida en el pueblo. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Museo de Joya de Cerén ofrece un recorrido cronológico del lugar, iniciando con la exposición de la declaratoria del lugar como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), otorgada en 1993.
Luego se relata la ubicación del sitio en la zona mesoamericana, para mostrar los antecedentes históricos del poblado.
Después se presenta el hallazgo del lugar en 1976, las diferentes excavaciones, los hallazgos y las catástrofes.
El recorrido muestra cómo el sitio se ha estructurado, partiendo de las hipótesis de las investigaciones arqueológicas, con el propósito, que el visitante se haga una idea de cómo pudo haber sido el lugar.
A solo 30 minutos de la capital se encuentra este exquisito conjunto de centros ceremoniales, patios y pirámides construidas entre los años 300 A.C y 600 D.C donde vivían los altos dignatarios mayas. Si usted es amante de la arqueología puede visitar 3 grandes sitios arqueológicos durante el mismo recorrido, (Tazumal, San Andrés y Joya de Cerén).
Los Mayas originales quienes vivieron en las regiones montañosas ahora conocidas como El Salvador, florecieron a lo largo de la edad dorada del período clásico hasta comienzos del décimo siglo, fue entonces que la civilización llegó a la cúspide sobresaliendo en arquitectura, arte y ciencia.
Un exquisito conjunto de centros ceremoniales, patios y pirámides construidas entre el año 300 A.C. y 600 D.C. donde vivan los altos dignatarios mayas han sido preservados en San Andrés, El Salvador.
Cihuatán es el ejemplo más sobresaliente de los sitios pipiles que presenta ciudadelas. Tuvo su desarrollo entre los años 1000 y 1300 d.C. es el sitio más extenso que se conoce en El Salvador que cubre por lo menos cuatro kilómetros cuadrados, dividido en dos centros de estructuras monumentales y una amplia zona de residencias comunes. Se interpreta este centro como una capital regional, cuya influencia abarca todo el valle del rio Lempa.
Todas las estructuras excavadas hasta el momento fueron quemadas. Quizás reflejan el conflicto que condujo a la destrucción del sitio.
Cihuatán posee dos centros monumentales y solo se dispone de información de uno de ellos, llamado "centro ceremonial poniente". Por los restos descubiertos en ese sector se puede deducir que se trataba de un imponente complejo de edificios rodeados por una muralla.
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