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La Libertad - El Salvador.

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Santa Tecla .

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El departamento de La Libertad se encuentra ubicado en la zona Central de la República de El Salvador, limita con los departamentos de Chalatenango, San Salvador, La Paz, Santa Ana, Sonsonate y con el Océano Pacífico. La Libertad posee una extensión territorial de 1,652.88 Km2 correspondiendo al área rural 1,644.17 Km2 y al área urbana 8.71 Km2. Cuenta con una población de 682,092 habitantes.

Parque Arqueológico SAN ANDRES.

Esta situado en el valle de Zapotitán, entre las riberas del Río Sucio y Río Agua Caliente. Hoy en día esta zona es famosa por su tierra fértil, factor muy importante para las comunidades agrícolas del lugar.
Posee un pequeño museo construido en honor al Sr. Carlos De Sola quién fue un ejecutivo de la Dirección General de Cultura y Juventud y Deportes. Don Carlos insistió siempre en que debía de haber un museo en cada uno de los sitios arqueológicos aunque estos fueran pequeños, pero donde la población apreciara, valorará e hiciera suyo el legado prehispánico que habíamos heredado de nuestros antepasados. Por esta razón cada uno de los sitios arqueológicos que se encuentran bajo la administración de CONCULTURA poseen un pequeño museo a la disposición de los visitantes.
San Andrés es uno de los centros prehispánicos más grandes de El Salvador. Las primeras noticias sobre San Andrés como sitio arqueológico datan de fines del siglo XIX, ya que fue en 1892 cuando por vez primera se informó acerca de la existencia de este asentamiento. Años más tarde, en 1910, cuando un grupo de cartógrafos americanos realizaban mediciones en la Hacienda de San Andrés, se mencionó de nuevo, la presencia de montículos en los alrededores.
Las primeras investigaciones de campo se realizaron durante dos temporadas en los años 1940 y 1941. Durante 4 décadas los trabajos arqueológicos en San Andrés se interrumpieron y no se reiniciaron sino hasta finales de la década de los setenta bajo la dirección del arqueólogo Stanley Boggs.
En resumen, las investigaciones efectuadas en San Andrés durante los años 1940-1941, 1977-1978 y 1996-1997 han revelado hallazgos importantes y aportado datos valiosos que permiten conocer no sólo las características internas, sino también los contactos que San Andrés mantuvo con otros asentamientos prehispánicos de El Salvador y el área maya. Los tres períodos de investigación revelan diferentes momentos de ocupación prehispánica. El primero ocurrió durante el periodo Preclásico Medio ( 700 aC a 250 aC ), el segundo durante el Clásico Tardío (600 dC a 900-100 dC), y el tercero durante el Posclásico. Sin embargo, de estos tres periodos de ocupación maya, el más importante ocurrió durante el Clásico Tardío por la complejidad social y el avance cultural que alcanzó en su momento.

Sitio Arqueológico JOYA DE CEREN.

Su nombre Joya lo toma por la importancia del sitio arqueológico y Cerén por que la hacienda donde fue encontrado el sitio cuando construían los silos para almacenar granos perteneció a la familia Cerén.
Hace aproximadamente 1400 años, el sitio arqueológico de Joya de Cerén era una aldea floreciente a orillas del Río Sucio, antes llamado Nexapa. Los 5 kms que separan Joya de Cerén con Campana San Andrés exigían aproximadamente una hora a pie o un viaje breve en canoa por el río Sucio.
A pesar de que Joya de Cerén era autosuficiente en la producción de alimentos, la construcción de edificios y la elaboración de utensilios, sus habitantes dependían de San Andrés para la obtención de artículos, como herramientas, obsidiana, hachas de jade, pigmentos rojos y talvez conchas de mar y sal. Por tanto, es posible que los pobladores de Cerén hayan tenido que producir excedentes de alimentos o herramientas para intercambiarlos con otros productos en San Andrés.
Los pobladores realizaban sus labores cotidianas, nada indicaba que pudiera ocurrir una erupción, pues el paisaje esta despojado de conos o cráteres volcánicos; sin embargo, sabemos que hubo un terremoto moderados previos a la erupción, ya que en zona oriental existen pequeñas grietas ocasionadas por movimientos tectónicos.
La aldea fue sepultada por cuatro a seis metros de cenizas. La capa de materiales volcánicos no sólo cubrió por completo todos los edificios, sino que llenó acequias y pequeños drenajes, borrando así toda noción de la existencia de ese lugar. Lava y ceniza sellaron de tal manera la zona que resultó inútil excavar. Según dicen ni los roedores, ni los agentes naturales que suelen modificar las aldeas abandonadas lograron penetrar en la capa de ceniza volcánica convertida en piedra.
Tras descansar en la serenidad de su tumba de ceniza volcánica, el sitio fue descubierto en 1976, cuando un tractor nivelaba una pequeña cocina con el fin de hacer una plataforma para guardar granos en silos. El conductor viaja a San Juan Opico a informar al Museo David J. Guzmán del hallazgo, espero 3 días hasta que el arqueólogo designado llegara, quien al descubrir la buena conservación de los pisos de tierra, de muros y aún de los techos de paja caídos, supuso que eran construcciones recientes. Debido a que el Museo no podía hacerse cargo del mantenimiento de los restos arqueológicos precolombinos, y menos aún de construcciones que supuso recientes, autorizó que siguieran adelante las obras de nivelación. De ahí se calcula que más de una docena de habitaciones fueron destruidas.
En 1978, el arqueólogo Stanley Boggs hacia un estudio arqueológico del valle de Zapotitán, donde conversó con una familia cercana al sitio y le hablaron de reciente hallazgo que era una casa sepultada por cenizas. Al principio dice que también creyó que eran construcciones recientes, ya que jamás había encontrado techos de paja en sitios arqueológicos de México. Él hizo unos estudios de radiocarbono, técnica que permite averiguar la antigüedad de materiales orgánicos, mostrando una antigüedad de cerca de 1,400 años.
Al ver las dificultades de continuar la excavación, regresaron en 1979 con instrumentos de alta tecnología que detectaran anomalías bajo tierra. El éxito de esta primera incursión los hizo volver en 1980 para ampliar las investigaciones. Por motivos de inseguridad personal debido a la guerra, la investigación no fue reanudada sino hasta 1989.
Joya de Cerén se abrió al público salvadoreño un museo en el sitio, con material didáctico, caminos para que los visitantes pudieran apreciar la arquitectura original y guías que le brinden información del lugar.
Joya de Cerén en 1993 fue postulada y nombrada por la UNESCO, Patrimonio para la Humanidad, el cual muestra su importancia mundial la cual detalla la historia y el encuentro con las raíces de la vida familiar de los salvadoreños hace 1400 años.
Este sito es tan importante para la historia de la humanidad debido a que gracias a este hallazgo se conoce acerca de la manera en que los indígenas realizaban sus huertos caseros, como era la distribución de sus casas además de otras actividades que realizaban en los alrededores como la elaboración de utensilios para el hogar, elaboración de artesanías y el intercambio comercial entre otros.

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(*) Opinion/Sugerencia:
Actualizada el Viernes, 7-mar-08 8:27 AM
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