Este hábitat alberga especies importantes cuya área de distribución ha sido fuertemente reducida. Contiene algunos tipos de vegetación en zonas semiáridas y en terrenos de condición geológica especial por lo que pueden encontrarse algunos endemismos de vegetación xerofítica. Contiene especies en categorías de amenaza y en peligro de extinción como caoba (Swietenia humilis), guayacán (Guaiacum sanctum), cocobolo (Platymiscium yucatanum) y ron ron (Astronium graveolens).
Aunque es un ambiente estacional, algunos hongos se han adaptado a la sequedad y altas temperaturas. Se ha informado de nuevos registros en de briofitos y helechos en Costa Rica.
En el pasado el bosque era bastante continuo desde México hasta Panamá, pero por el alto grado de destrucción se ha reducido considerablemente.
Las áreas menos alteradas de este eco región se reducen a los parques nacionales Palo Verde, Guanacaste y Lomas de Barbudal, en Costa Rica y Chacocente y Volcán Masaya en Nicaragua. En el resto de la región la vegetación ha sido arrasada casi completamente para dar paso a actividades agropecuarias.
Actualmente sólo quedan algunos relictos de bosque seco y bosques riparios. En algunas partes ha habido regeneración natural por abandono de fincas.
Toda la zona de El Salvador ha sufrido trastornos evidentes, debido a que en la época del conflicto armado hubo una gran migración hacia las zonas medias bajas del país. Además, la zona central y parte de la oriental del país son consideradas como agrícolas. Se presentan delitos de usurpación y usufructo de tierras estatales que amenazan la existencia de áreas naturales.
En Honduras, este tipo de bosque se encuentra muy fragmentado en algunos parches distribuidos en su mayoría en los departamentos de Choluteca, Valle, La Paz y El Paraíso. No están bajo el régimen de áreas protegidas.
En Nicaragua, en esta área se encuentran las ciudades y poblaciones más grandes. El bosque tropical seco existente como relicto en las regiones del Pacífico, Norte y Central se ha cuantificado entre 454 000 ha. Su dinámica está sujeta a la tala ilegal para extracción de leña y madera, producción de carbón vegetal, cambio de uso para agricultura (granos básicos y café con sombra), ganadería extensiva y, más recientemente, turismo de aventura y ecoturismo.
En Costa Rica fue muy afectada por la extracción de maderas preciosas y actividades agropecuarias. Actualmente, hoy en día se trabaja en la restauración de hábitat en el área de conservación Guanacaste. Es importante la creación de áreas protegidas en los países que tienen este tipo de bosques.
Se pueden citar varias especies indicadoras de este tipo de bosque: Guazuma ulmifolia, Bursera simarouba, Tabebui a neochrysantha, Calycophyllum candidissimum, Cordia alliodora, Tabebuia ochracea, Samanea saman, Dalbergia retusa, Quercus oleoides, Crescentia alata, Guaiacum sanctum, Rhedera trinervis, Swietenia humilis, Platymiscium yucatanum y Astronium graveolens.
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